VALERIE Y SU SEMANA DE LAS MARAVILLAS
Valerie a Týden Divů
Checoslovaquia. 1970. 77 min. C
Dirección: JAROMIL JIRES. Guión: Jaromil Jires, Ester Krumbachová, Jirí Musil (Novela: Vitezslav Nezval). Música: Lubos Fiser, Jan Klusák. Fotografía: Jan Curík. Intérpretes: Jaroslava Schallerová, Helena Anýzová, Petr Kopriva, Jirí Prymek, Jan Klusá.
«Buenas noches, mi dulce morena. Duerme apaciblemente esta noche y cuando despiertes, mi cielo, no reveles tu secreto»
Valerie y su Semana de las Maravillas, realizada por Jaromil Jireš en 1970, es una de las últimas y más creativas películas de la Nueva Ola Checoslovaca (Nova Vlná). Este tipo de cine de autor y de estilo vanguardista, que floreció y tuvo su apogeo en la década de los sesenta bajo el yugo comunista, se caracterizó por su fuerte carga crítica e ideológica, si bien enmascarada bajo semblanzas metafóricas a fin de intentar eludir la censura. Pese a que fue una corriente con claras intenciones sociopolíticas, su tratamiento de los temas desde una perspectiva irónica, surrealista y a menudo poco comprensible lo liberó de la mera fachada panfletaria, permitiendo que sus obras continúen siendo apreciadas por el interés artístico, tanto en lo visual como en lo narrativo. El pionero Jireš (su película de 1963 Křik se suele considerar como la primera de la Nova Vlná) tuvo varios enfrentamientos con los censores del régimen comunista checoslovaco, lo que por entonces limitó su producción, aunque continuó dirigiendo hasta finales de los noventa, abarcando su carrera cinco décadas.
Basada en la novela homónima de 1932 escrita por Vítězslav Nezval, la historia de Valerie a Týden Divů se construye con la lógica irracional de los sueños. Los acontecimientos, inscritos a principios del siglo XIX, se desarrollan desde el punto de vista subjetivo de Valerie, una niña huérfana de trece años (los que tenía Jaroslava Schallerová cuando rodó la película y escogida de entre mas de 1.500 jóvenes para interpretar el papel) que vive con su tétrica y ultrarreligiosa abuela Elsa (Helena Anýzová) en un pueblito medieval. En pleno tránsito de la niñez a la adolescencia, coincidiendo con el momento de su primera menstruación, llega al pueblo un grupo de misioneros y artistas ambulantes, entre los cuales hay una criatura ataviada con una capa negra capaz de las más extraordinarias mutaciones.
El director Jaromil Jireš muestra un mundo (el de Valerie) trastornado por la lujuria, repleto de duplicidades (pureza/obscenidad, juventud/vejez, vida/muerte) y habitado por toda una serie de amenazadores personajes que no tienen una identidad definitiva y estable (hermano/pretendiente, padre/vampiro-sacerdote-policía, madre/abuela/vampira), lo que les conduce a comportamientos incestuosos, edípicos y hasta pedófilos. En medio de todo, la valerosa Valerie, con la ayuda de unos pendientes mágicos que le dejó su madre, deberá hacer frente a los peligros que supone acceder a la sexualidad adulta y defender su tesoro más preciado: la virginidad.
Valerie y su Semana de las Maravillas es un pervertido cuento de hadas inspirado en Alicia en el País de las Maravillas y Caperucita Roja cuyo giro siniestro lo aproxima al relato de vampiros y la novela gótica. Fascinante en su genuina mezcla de misterio, erotismo (sugerido) y cine de terror, cautiva por su estética onírica y surrealista, su abundante y transgresora simbología y una atmósfera bucólica y hasta pagana, la cual contrasta con otra más lúgubre y oscura. La película posee la extraordinaria cualidad de inducir al trance por su particular ambiente audiovisual gracias a un vestuario y decorados impresionantes, una fotografía de calidad cristalina y con predominio del color blanco (virginidad, pureza) y una sugerente música hecha de flautas y coros infantiles elaborada por Lubos Fiser (compositor también en Morgiana).
Con puyas al catolicismo y alegorías sobre la represión (soviética) y las luchas de poder, el perturbador sueño preadolescente de Valerie se podría equiparar al de la Checoslovaquia del momento, un país que buscaba libertad (en Valerie ligada a la sexualidad), pero que estaba sometida a la tiranía sistemática con diferentes rostros (Hitler, Stalin, Brezhnev). «Ojalá que esta brujería termine», dice la niña hacia el final de la película.
«Doncella, ¿sabes lo que eres?»