39 ESCALONES
The 39 Steps
Gran Bretaña, 1935. 81 min. B/N
Director: ALFRED HITCHCOCK. Guión: Charles Bennett, Ian Hay, Alma Reville (Novela: John Buchan). Música: Hubert Bath, Jack Beaver, Charles Williams. Fotografía: Bernard Knowles. Intérpretes: Robert Donat, Madeleine Carroll, Lucie Mannheim, Godfrey Tearle, Peggy Ashcroft, John Laurie, Helen Haye y Wylie Watson.
«¿Qué son los 39 escalones?»
Richard Hannay/Robert Donat
¿Qué es el suspense? Alfred Hitchcock lo define así: «Imagínese a un hombre sentado en el sofá favorito de su casa. Debajo tiene una bomba a punto de estallar. Él lo ignora, pero el público lo sabe. Esto es el suspense». Hitchcock, quien mejor exploró los mecanismos que lo caracterizan, se empeñó desde el principio de su carrera en desmentir que el suspense y la sorpresa son similares. Con la sorpresa, el público descubre algo que no sabía. Con el suspense, el espectador sabe algo que el personaje ignora y está deseando ver qué pasará cuando se entere.
¿Qué es un McGuffin? El término fue acuñado por Hitchcock y es un objeto o excusa argumental sin peso en la trama y al principio aparentemente intrascendente, pero que sirve para activar el suspense y después se revela fundamental para desvelar el misterio (el sombrero en La Sombra de una Duda, la corbata en Frenesí). El director lo explicaba así: «La palabra procede del music-hall. Van dos hombres en un tren y uno de ellos le dice al otro: ‘¿Qué es ese paquete que hay en el maletero que tiene sobre su cabeza?’. El otro contesta: ‘Ah, eso es un McGuffin’. El primero insiste: ‘¿Qué es un McGuffin?’, y su compañero de viaje le responde: ‘Un McGuffin es un aparato para cazar leones en Escocia’. ‘Pero si en Escocia no hay leones’, le espeta el primer hombre. ‘Entonces eso de ahí no es un McGuffin’, le responde el otro». El filme 39 Escalones es el primero en el que Hitchcock recurre a un McGuffin: «los 39 escalones».
Película británica nº 19 de Alfred Hitchcock, ubicada entre El Hombre que Sabía Demasiado (1934) y El Agente Secreto (1936). Escrita por Charles Bennett, Ian Hay y Alma Reville (esposa del cineasta), está basada en la novela The 39 Steps (1915), de John Buchan. Se rodó en exteriores paisajísticos de Escocia y en los Lime Grove Studios (Londres) y fue estrenada en 1935 en la capital británica. 39 Escalones es la primera obra plenamente conseguida de Hitchcock, la que marcó la senda definitiva de su cine. Raíz de muchas de sus posteriores películas, fue la pionera en introducir una temática recurrente de su filmografía: la confusión de identidades y la figura del inocente acusado, perseguido o castigado por un crimen que no ha cometido.
39 Escalones narra, casi cronológicamente, la odisea de varios días de Richard Hannay (Robert Donat), un joven canadiense recién llegado de vacaciones a Londres que se ve envuelto por sorpresa en una trama de espionaje tras la extraña muerte de Annabella Smith (Lucie Mannheim), una mujer a la que acababa de conocer y que, antes de morir, le había revelado que era una agente secreto y estaba siendo buscada por otro grupo. Perseguido tanto por la policía como por un archivillano al que le falta un dedo y acompañado de su inesperada cómplice involuntaria Pamela (Madeleine Carroll, la primera musa rubia de Hitchcock), el sufrido y hombre al límite Hannay huye en tren (otra obsesión de Hitchcock) a Escocia con el fin de aclarar el misterio que da título a la película –algo por otro lado secundario en el director, más ocupado en retratar la (inverosímil) historia de amor que surge entre los dos protagonistas–. Para ello, tiene dos pistas que le dejó Annabella: un mapa y unas palabras, «los 39 escalones».
39 Escalones está estructurada en distintos episodios temáticos perfectamente hilvanados e incluye constantes giros y variaciones de espacios a la manera de la posterior Con la Muerte en los Talones. El filme es una mezcla ideal de thriller de intriga, aventuras, acción, comedia romántica y humor ácido que se desarrolla con un dinamismo narrativo extraordinario (como la relación de la encadenada pareja). La película hace un fino análisis psicológico de los personajes, está punteada con diálogos ingeniosos y muestra un gusto exquisito por la arquitectura (los planos del puente, por ejemplo). El marco visual expresionista (fotografía en blanco y negro, claroscuros, encuadres inquietantes) y el seductor empleo del factor climático (espesa niebla, cielo amenazador) otorgan un aire metafísico-existencial al conjunto y logran crear una tensión psicológica de todo punto genuina. «La belleza de las imágenes está en la acción», decía Hitchcock.
Filme vivo y absorbente, 39 Escalones se erige en un inteligente ejercicio de suspense de Alfred Hitchcock y en una prematura y trepidante obra maestra del género. Junto a Alarma en el Expreso (1938) es la cima de la etapa británica en la carrera del orondo cineasta antes de acometer el filón hollywoodense contratado por el productor David O. Selznick (Lo que el Viento se Llevó). En 1999, el Instituto Británico de Cine colocó a la película en el cuarto lugar del ranking de los mejores filmes británicos de todos los tiempos.
«La duración de una película debe ser proporcional a la resistencia de la vejiga humana»